¿Eres demasiado sensible?
Quiero reflexionar contigo si eres una persona que se siente fácilmente, te molestan fácilmente los comentarios de los otros y piensas que lo hacen a propósito para molestarte.
La hipersensibilidad nos hace chocar dolorosamente con nuestro entorno. Estar siempre en guardia de lo que recibimos de los demás agota nuestra energía, es causa de aislamiento y provoca baja autoestima.
Sabías que la psicología lo define como PAS: personas altamente sensibles. Es una situación que no es absurda ni exagerada y suele suceder más de lo que pensamos.
Vivimos en un mundo densamente poblado que nos obliga al roce diario con decenas, a veces cientos de personas diferentes. Cada una de ellas tiene su propia visión de lo que es correcto o incorrecto, una manera de expresarse y de reaccionar ante los estímulos externos. No es de extrañar, por tanto, que salten chispas y malos entendidos.
Y si quien vive en esta sociedad acelerada tiene además la llamada “piel fina”, o demasiada sensibilidad, el sufrimiento y los conflictos están asegurados.
Decía sabiamente Platón: “Sé comprensivo, porque cada persona que encuentres en tu camino está librando una dura batalla”
Ya comentamos que además de minar la autoestima, estar siempre alerta agota nuestra energía y nos aísla socialmente. Las personas hipersensibles pierden amistades con facilidad y les cuesta adaptarse al entorno laboral.
Desde fuera parece que están en guerra con el mundo, aunque en el fondo lo están con ellas mismas.
Todos hemos convivido con personas demasiado susceptibles, que interpretan cualquier comentario como un ataque y van por el mundo sumando ofensas.
Son personas desconfiadas que están siempre a la defensiva y reaccionan con hostilidad a la primera de cambio.
¿Cómo son en el fondo estás personas? Son esclavos de la opinión de los demás o, lo que es peor, de lo que creen que los demás opinan de ellos. Por eso la persona susceptible tiene la capacidad de transformar una conversación intrascendente en una tensa batalla.
Una opinión, un comentario o incluso una simple mirada pueden bastar para prender la mecha.
La psicóloga clínica Trinidad Aparicio describe con los siguientes rasgos el perfil de un hombre o mujer hipersensible:
– Tiene una baja autoestima y es muy vulnerable emocionalmente
– Pierde el control cuando sospecha que murmuran sobre él o ella o cuando se siente atacado por algún comentario.
– Le afecta cualquier opinión y continuamente piensa en lo que debería haber respondido en el momento de supuestamente ser atacado.
– Tienen menos en cuenta los comentarios positivos que las críticas o comentarios negativos.
– Busca el reconocimiento externo en todo lo que hace y se valora en función de la opinión de su entorno.
– Sus reacciones son imprevisibles.
Como podrás observar, tras el perfil de una PAS, persona altamente sensible, se oculta, por una parte, una urgente necesidad de estima, y por la otra, una visión exagerada subjetiva de lo que ocurre a su alrededor.
Esto explica que, paradójicamente, el hipersensible pueda reaccionar de forma violenta, hiriendo la sensibilidad de los demás.
Según un estudio realizado en Estados Unidos, una de cada cinco personas padece hipersensibilidad, lo cual no necesariamente tiene que ser negativo.
Desde un punto de vista positivo tienen una especial capacidad para captar matices y sutilezas que a los demás les pasan inadvertidos; a menudo aportan a su trabajo y relaciones una buena dosis de visión y humanidad.
Normalmente son conscientes, creativos y minuciosos. Sin embargo a veces se involucran tanto y captan con tanta intensidad el sentido de lo que sucede a su alrededor, que necesitan desconectarse de su entorno en mayor medida que el resto de las personas.
Comparto contigo algunas claves que pueden ayudarte si eres una persona hipersensible:
– Pon las opiniones de los demás en cuarentena. En caliente tendemos a dramatizar situaciones que unas horas más tarde pueden no tener importancia. No envíes correos cuando te sientas dolido.
– Suspende el juicio. Cuando juzgamos a alguien, inevitablemente emitimos un veredicto e incluso un castigo psicológico. Podemos evitarlo renunciando a fiscalizar a los demás.
– No pronostiques conductas ajenas.
Si eres una persona hipersensible, goza de tu sensibilidad, pero no la exageres, ya que acabarás sufriendo mucho y alejada de tus seres queridos.
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