Termina un año, comienza otro… es un tiempo que generalmente pasamos con la familia, ¿no es así?
Pero aún cuando reconocemos la importancia de compartir con los nuestros ¿sabemos, realmente, lo que significa la familia? Sin duda el, término es uno de los más conocidos y paradójicamente de los menos reflexionados.
A la familia se le considera la “base de la sociedad”, y al investigar sus raíces se comprueba que es la única institución que ha surgido de forma espontánea, a comparación de otras instituciones que han sido creados por el hombre para cumplir con una finalidad específica (Ejemplo: gobiernos, empresas, iglesias e instituciones educativas, entre otras).
La familia surge por sí sola. Esto no es una casualidad, es más la consecuencia de una realidad biológica, donde los integrantes menores necesitan de sus padres para crecer y convertirse en adultos, para ser cuidados y educados hasta que puedan valerse por sí mismos.
No todas las familias son iguales, en la mayoría hay papá, mamá e hijos; en otras sólo uno de ellos con hijos; las hay con abuelos o tíos que viven en la misma casa. Puede haber hijos adoptados, hijos de algún miembro de la pareja, o bien parejas sin hijos.
Con el tiempo va cambiando y cada familia se organiza diferente según las edades de sus miembros y situaciones particulares.
Muy revelador resultó el estudio “Sueños y aspiraciones de los mexicanos”, publicado por la revista Nexos (Febrero, 2011), en donde uno de los puntos centrales fue la percepción de los encuestados acerca de la familia. Las primeras líneas son de verdad interesantes:
“Sin sueño colectivo, sin faro que alumbre un camino, sin confianza en los gobernantes y los compatriotas que caminan a su lado, los mexicanos encuentran consuelo y esperanza en su familia (…) La familia se encuentra idealizada como el refugio donde los mexicanos sí pueden confiar unos en otros, es el conjunto donde sí se comparten valores, sí se encuentra el apoyo”.
El mismo estudio afirma también que esta imagen de la familia impide a los ciudadanos percibirse como parte de una colectividad superior a su entorno inmediato (la comunidad, la ciudad, la patria) y al mismo tiempo, ponerse de acuerdo para alcanzar metas en conjunto. En sí, para 81de cada 100 mexicanos antes que el país está su familia.
¿Por qué entonces, escuchamos o decimos frecuentemente que la familia está en crisis?
¿Por qué al hablar de familia nos referimos solo a los problemas que le aquejan: violencia, infidelidad, divorcio, adicciones, delincuencia, falta de comunicación, entre otros, que hacen pensar que este núcleo social se está fracturando?
Ante esto, ¿no sería más adecuado recordar lo que aporta la familia? Las significativas fortalezas que la distinguen como una institución natural y ancestral, donde existe:
[ulist style=”1″] Derecho a la vida: primer derecho universal de un ser humano sobre todos los demás.Derecho a la educación: aprender, superarse y ser alguien productivo para la sociedad.
Se acepta a cada uno como es, sea cual sea su carácter, temperamento o condición física.
Se aprende a amar: la primera experiencia de todo ser humano de amar y relacionarse con los demás, la aprende dentro de su familia.
Se trasmiten creencias, tradiciones, hábitos y costumbres.
Es la escuela de los valores, ya que dentro de ellas se viven éstos.
Es un espacio de apoyo, confianza y solidaridad.
Se aprende a vivir en paz y armonía.
[/ulist]
Después de muchos años de estudio podemos afirmar que no hay nada que nos haga suponer la desaparición de la familia, por más que se diga que está en crisis. De hecho, la historia nos confirma lo contrario: los lazos familiares se han revitalizado y transformado, de ninguna manera desaparecido.
Si continuamos viendo a la familia con un enfoque centrado en sus problemas, la percepción será incompleta, pues es parte de su propia naturaleza. No así, si entendemos sus fortalezas quizá podamos explicar no sólo por qué ha existido hasta el presente, sino también por qué es parte esencial de nuestras vidas.
Estos son días de reflexión, ¿qué mejor que empezar a ver de otra forma a este grupo primario que nos forma y nos apoya?
Y tú, ¿qué opinas?
Efectivamente la familia es la base de la sociedad. Dentro del seno familiar se aprenden los valores para enfrentar y mejorar la sociedad en todos los aspectos, en la familia se aprende a ser mejores seres humanos que ayudan a su semejante, a traves de la educación, preparandose para llevar acabo el mejoramiento de su entorno social. Pero la semilla de todo esto surge desde la familia.
Muchas gracias Benito por tu comentario! Comparto contigo tu forma de pensar, muchos saludos!
Considero que la familia es la célula principal de la sociedad. Sin embargo, al fracturarse la sociedad también se fracturó la familia y existen tantos divorcios no sólo de la pareja sino de los hijos también que si la madre (regularmente) que es quien queda al frente de la familia no reacciona con prontitud, la familia se desgaja y no se desarrolla como debe. También he observado las familias “felices” que se ofenden todo el tiempo pero viven juntos se puede decir para siempre, no importa si ya se casaron los hijos y todos van creciendo en un ambiente hostil, lo que es totalmente insano para la sociedad. Ojalá dediquemos todos lo mejor de nosotros a nuestra familia.
Hola Refugio! Muchas gracias por tu mensaje! Lo que pienso es que al fracturarse la familia se ha fracturado la sociedad.
Es por esto que como bien dices al ser la “célula principal” tenemos que trabajar en ella. Debemos “apostarle a la familia”,
trabajar en ella para fortalecerla y que salgan todos sus miembros fortalecidos a vivir y mejorar a la sociedad.
Te mando muchos saludos y seguimos en contacto!
Creo q en la actualidad, muchas familias han pasado La Linea de la Tolerancia (tal vez el afan del dia por sacar adelante a la fam.) quedando en el olvido Valores, principios, que estan llevando A la Fractura de esta Institucion. Si lo creo, en mi entorno puedo contar mas de 8 familias que estan fracturadas!! es triste, no lo habia pensado y aparentemente son familias muy estables.
Hola Cristina!
Tienes muchas razón, y es triste ver como muchas familias se han desintegrado afectando a sus miembros. Estoy convencida de que hay que “apostarle a la familia”, por más que digan que es una institución que ya no está de moda! Muchos saludos!