Existe la tendencia a pensar que los medios de comunicación tienen bondad o maldad en sì mismos. Con frecuencia escuchamos comentarios como “la televisión transmite basura” o “el periódico tal es muy amarillista”, o bien “ese programa de radio no habla de la realidad”.
Los medios de comunicación no son ni buenos ni malos. Son exactamente eso: “medios”, que hacen posible que un mensaje sea trasmitido por un emisor y que alguien mas lo reciba.
Quien realmente le da la intencionalidad al medio es aquel de quien surge la idea de trasmitir el mensaje. Es aquí donde actùan los dueños, directores, productores, reporteros, camarógrafos, fotógrafos, conductores, editores, escritores y publicistas.
Podemos decir que de manera indirecta intervienen los patrocinadores y anunciantes.
¿Y esto que tiene que ver con cada una de nosotras?. Pues que como parte de la sociedad somos quienes recibimos durante 24 horas al dìa estos mensajes. Somos los “receptores” de las ideas, noticias u opiniones de quienes hablan o escriben públicamente.
Como receptores, somos el eje central de la comunicación, ya que los emisores, canales y mensajes siempre buscaràn adecuarse a nuestras necesidades, potencialidades y circunstancias.
Los medios de comunicación son parte de nuestra vida diaria, como lo demuestran los siguientes datos:
[ulist style=”2″] Televisiòn: el 98% de los mexicanos contamos con un televisor; el consumo promedio es de màs de cuatro horas diarias de ver televisión.Radio: cuenta con una penetración del 73%, y el promedio de horas diarias dedicadas a escuchar radio es de 3.25 por persona.
Internet: existen 27.6 millones de internautas en nuestro país, poco menos de la mitad se conectan entre una y tres horas diarias, mientras que el resto se mantiene conectado todo el dìa.
[/ulist] Sin embargo, ¿Qué nos presentan estos medios?. Basta sentarse unos minutos frente a la pantalla o abrir los periódicos diarios para constatar que la mayoría de los contenidos que recibimos tienen un altísimo grado de violencia, con referencia sexual y diversos antivalores.
De aquí, la importancia de preguntarnos: ¿Qué tipo de receptor soy?
– RECEPTOR PASIVO:
es quien recibe y acepta el mensaje sin preguntarse quien lo envía o si este es veràz.
busca obtener información recurriendo a los medios de comunicación electrónicos como material de consulta.
es uno mas entre la masa de receptores
por lo general, repite lo escuchado e imita conductas de personajes de los medios de comunicación
carece de una sòlida preparación intelectual
– RECEPTOR ACTIVO:
participa en la selección de los mensajes; es decir, lo que lee, escucha o ve, depende de su decisión personal
busca información en sitios adecuados de consulta. Cuando obtiene información que es importante, la valida en otros sitios o medios de consulta.
esta consciente de su rol activo como receptor y emite una respuesta activa.
es observador, analiza el contenido del mensaje y discierne sobre la calidad de este.
tiene una sòlida formación. Està , por lo general, en un proceso constante de actualización
Podemos resumir lo anterior en dos palabra, el pasivo es solamente “receptor”, mientras que el activo es un “perceptor”
El nivel de conciencia crìtica de una persona o sociedad va de la mano con la madurez. No significa el hecho de oponernos a todo, por el contrario, se trata de ser capaces de desarrollar criterios para poder recibir, analizar, sintetizar y opinar sobre cualquier información que recibamos, para tomar asi decisiones pensadas y razonadas.
Nos corresponde a cada una de nosotras el darle el justo valor a los medios de comunicación:
[ulist style=”2″] Determinando cuanto tiempo le dedicaremos a ellosQue uso les daremos
Seleccionando aquello que queremos leer o escuchar
Exigiendo “calidad” en la información, en los recursos educativos y en el entretenimiento que recibimos
Haciendo saber a quienes transmiten los mensajes cuando no estamos de acuerdo con estos.
[/ulist]
Te invito a no ser un receptor pasivo, a tener una conciencia crìtica ante los medios de comunicación: a apagar la televisión cuando no valga la pena verla, a cambiar de estación de radio cuando escuchas algo que no vale la pena, a cerrar un periódico o una revista cuanto el artículo es malo; a enviar cartas cuando algo no te parezca.
Si los medios de comunicaciòn continúan presentando contenidos de violencia, sexualidad enferma o antivalores, es porque nosotros, la sociedad los recibimos sin decir nada.
Tenemos la responsabilidad de elevar la cultura de la comunicación en nuestra país, defendiendo la libertad y la dignidad humana.
“Tomar el control”, no significa censurar, sino discriminar según la propia voluntad lo que prefiero y lo que no me interesa. Significa que soy dueño de mi entretenimiento y no al revés. Decidir que quiero ver y escuchar y renunciar a otras cosas, implica decidir el nivel de importancia que deseo que tengan los medios en mi vida.
¿Y tu que opinas?