Violencia, a veces no es tan clara
Hemos visto a lo largo de muchas generaciones que los bebés y los niños no son agresivos y hasta sabemos que la violencia no es un hecho natural. Sin embargo, ¿por qué hay tanta violencia en nuestra sociedad? Si un niño no nace siendo violento, ¿por qué tantos adolescentes y jóvenes cometen actos que sí lo son?
La violencia es una conducta que se aprende y se construye, a través de la cultura, de las instituciones, de la influencia familiar, escolar o comunitaria y de los medios masivos de comunicación que producen o reproducen relaciones violentas.
Identificar la causa conduce a otro cuestionamiento más importante: si es en la familia donde se debe vivir con paz y armonía, ¿por qué en uno de cada tres hogares de la Ciudad de México se dan casos de violencia y 47 de cada 100 mujeres la sufre?
En este sentido, la violencia familiar se define como “el acto u omisión único y repetitivo cometido por un miembro de la familia en relación de poder, en función del sexo, la edad o la condición física, en contra de otro u otros integrantes de la misma, sin importar el espacio físico donde ocurra el maltrato físico, psicológico, sexual o abandono”. (Norma Oficial Mexicana de Salud 1999)
Además de la agresión, otros de los principales problemas que enfrentan las personas violentadas es que lo aceptan como algo “normal”, se acostumbran y creen que se lo merecen o lo justifican como una forma de educación.
Dentro de la familia pueden vivirse diferentes tipos de violencia, ya sea entre marido y mujer o hacia los hijos:
[ulist style=”2″] Violencia física: golpes, empujones, patadas, nalgadas, lesiones de mano o arma, con la intención de controlar, someter, dominar y dañar.Violencia psicológica: insultos, humillaciones, devaluación, descuido, abandono, celos, desamor, indiferencia, infidelidad, negligencia, comparaciones destructivas, intimidaciones o silencios. Estos comportamientos pueden llevar a la víctima a la depresión, devaluación, aislamiento y hasta el suicidio.
Violencia sexual: actos reiterados que pueden obligar a la persona a realizar prácticas sexuales no deseadas que causan dolor, vergüenza, culpa e incomodidad y van acompañadas de frases como: “si lo cuentas…te mató”, “van a pensar que estás loca”, “nadie te lo va a creer”.
Violencia económica: acción u omisión que afecta la supervivencia económica de la víctima y se manifiesta con frases como: “como tú no ganas el dinero”, “eres una mantenida”, “no valoras mi trabajo”.
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Más allá, existen FALSOS pensamientos en relación a la violencia dentro de la familia y que conviene aclarar:
[olist style=”1″] La violencia familiar se da en hogares de escasos recursos. En todas las clases sociales puede haber violencia sin importar raza, religión o formación profesional.La conducta violenta es natural del ser humano. Es una conducta que se aprende en los diferentes ambientes.
La violencia intrafamiliar es un asunto privado que no le importa a nadie más. Cualquier acto que dañe la integridad física o psicológica de una persona, sea fuera o dentro de la familia, tiene que ser denunciado (únicamente se denuncian el 14% de los casos) y la familia debe solicitar ayuda profesional.
Si la mujer se separa del agresor dañará psicológicamente a sus hijos. Una convivencia violenta afecta el desarrollo, la conducta y la salud de todos los integrantes de la familia.
Es necesario el castigo como parte de una buena educación, hay que pegarle si no entiende. Un niño maltratado se desarrolla con grandes temores e inseguridades. Es mucho mejor la educación basada en el premio y en el amor.
¡Le pegué porque me provocó… la violó porque lo provocó! No hay justificación alguna para agredir a otra persona.
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Te invito a que reflexionemos cómo están las relaciones dentro de nuestra familia. Y es que la violencia inicia muchas veces poco a poco y puede “no ser tan clara”. Incluso podemos ser víctimas sin reconocerlo, o bien, atentar sin darnos cuenta.
Es en la familia donde aprendemos los valores y la forma de comportarnos de una manera adecuada y, a medida que crecemos, reflejamos este aprendizaje en nuestras relaciones sociales. De aquí la importancia de vivir en armonía, aceptando y amando a cada uno de los miembros tal y como son.
Para evitar la violencia, debemos empezar por nosotras mismas, teniendo una actitud amable y abierta hacia los demás en nuestros entornos: escuela, trabajo, comunidad y por supuesto núcleo familiar. Solo así lograremos familias más unidas, comunidades más participativas, sociedades más sólidas que, sin duda, harán un México mejor.
Y tú, ¿qué opinas?
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El derecho a la pensión alimenticia
¿Sabías que en la Ciudad de México nueve de cada 10 litigios de divorcio fueron de mujeres demandando pensión alimenticia? o ¿que la cuarta causa de divorcio judicial fue la negativa a cumplir – aún con sentencia establecida – con el sostenimiento del hogar por parte de alguno de los cónyuges? (INEGI, 2008).
¿Qué significa esto? Que en México, es muy común que los hombres y, algunas veces, las mujeres no cumplan con el pago de la pensión alimenticia, a pesar de la existencia de una orden o un convenio que los obligue.
En este sentido, es frecuente que cuando ocurre un divorcio, o una pareja se separa,la mujer, por lo general, se queda sola con los hijos y sin un apoyo económico, comprobando así una de las principales dificultades que una mujer suele tener ante una separación. Incluso un estudio efectuado por el Centro de Estudios Históricos e Interdisciplinarios sobre las mujeres refiere que entre los principales temores que padecen ellas antes de promover un divorcio son: la preocupación por los hijos con un 62%, seguido de la situación económica en un 43% (Eguiluz, 2004).
Y ¿qué es la pensión alimenticia? Este concepto no solo se refiere a la satisfacción de las necesidades nutricionales, sino también comprende el vestido, la habitación, la atención médica, y en caso de los menores, educación, de ahí su importancia y más allá, la necesidad de garantizar su cobertura.
Aún cuando la situación es compleja y es visible el problema de las mujeres para obtener la pensión alimenticia tras un divorcio (ya sea porque el varón no está dispuesto a seguir aportando al sostenimiento del hogar y a la manutención de los hijos, por simple rechazo, por tener un salario bajo, trabajo eventual, desempleo, o bien tener otra pareja e hijos que sostener), no deja de sorprender el tipo de medidas que nuestros legisladores proponen para “agilizar” el trámite. Me refiero al llamado “divorcio exprés”, en el que se disuelve el vínculo matrimonial en aproximadamente 40 días, dejando a las partes en posibilidad de contraer nuevas nupcias.
Sin embargo, lo que no se ha dicho es que esta ley no resuelve problemas de fondo como son la patria potestad, guarda y custodia de los menores, derecho de visita, pensión alimenticia y participación de bienes, procedimientos que tardan muchos meses o quizá años para llegar a un acuerdo. Es claro, la rapidez no implica solución.
Es cierto, también ha habido otros esfuerzos para garantizar la cobertura de este derecho, como el realizado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al pronunciarse por la posibilidad de que un menor presente una demanda de reconocimiento de paternidad y pensión alimentaria, aún cuando exista una resolución a favor del padre absolviéndolo de tales obligaciones.
Sin duda, este pronunciamiento es una medida por proteger el interés superior del menor en nuestro país pero aún falta por hacer.
Otra acción más que se está impulsando es la de garantizar el cumplimiento de la obligación alimentaria de acuerdo a los egresos del deudor, cuando no hay claridad en la forma de comprobación de sus ingresos. De esta manera no hay posibilidad de que el padre-deudor oculte o mienta sobre el monto de sus ingresos, caso desafortunadamente muy común hoy en día. Se sabe que en el Distrito Federal y en el estado de Tamaulipas se ha adoptado esta nueva forma de determinar las aportaciones; ojalá que sean más lugares donde se implemente para, así, proteger a los menores y al mayor número de personas con leyes adecuadas.
Y es que las fuentes de la pensión alimenticia provienen tanto del matrimonio como del parentesco en cuarto grado. Esto quiere decir que la relación no solo es de padres a hijos, sino también de la responsabilidad de los hijos para con sus padres, así como entre parientes cercanos, ya sean tíos, sobrinos o abuelos.
¿Porqué en cuestión de herencia sí podemos y nos interesa recibir bienes de nuestros padres, tíos o abuelos, pero cuando se trata de protegerlos, entonces nos lavamos las manos?
Ahora bien, esta responsabilidad se basa en un principio de “proporcionalidad”, es decir, según las posibilidades del deudor es lo que debe recibir el acreedor, ni más ni menos: si el padre puede darle mucho o poco a su esposa o hijos, este recurso debe ser de acuerdo a sus posibilidades reales, sin llegar evidentemente al abuso de parte de quien recibe.
Finalmente, el garantizar la protección de quien lo requiere, por aquel que tiene la posibilidad de dárselo – más cuando se trata de la propia familia- , no solo es una responsabilidad moral, es una responsabilidad de carácter jurídico.
Y tu que opinas?
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Tips para evitar la violencia familiar
Escuchamos hablar sobre la violencia que se vive dentro de muchas familias, sus causas y consecuencias, pero poco sobre como podemos evitarla.
He aquí diez consejos para nosotros como padres de familia, ya que en nuestra manos está el crear un ambiente de paz y armonía dentro de nuestras familias:
1. Aprende a respirar profundo y tres veces seguidas hasta contar 20 en cualquier situación que se presente y mucho más si está relacionada con los hijos
2. Ten siempre claro que los problemas tienen que ver contigo y otros adultos, por lo tanto, sepáralas de las que tengan que ver con tus hijos.
No los involucres, que no sean ellos los que tengan que soportar el peso de tu cansancio, estrés, preocupación o cualquier situación por la que estés pasando en ese momento.
3. La paz familiar sólo puede encontrarse con la tolerancia, todos somos diferentes, ya que podemos pensar de manera distinta y reaccionar diferente ante las diferentes situaciones.
Así que sea cual sea la situación debemos tratar de acudir a nuestra capacidad para racionalizar las situaciones y darle la importancia y el lugar a cada cosa.
Enseñar tolerancia es la base para prevenir el bullying o acoso dentro de la familia.
4. Los hijos aprenden con y a través de nuestro ejemplo, muchas veces nosotros mismos nos descontrolamos y perdemos la capacidad para dominar nuestros sentimientos de furia, dolor e impotencia, pero cuando hacemos esto delante de nuestros hijos, estamos en un problema peor.
Así que si ellos ven que somos lo suficientemente equilibrados, bondadosos, tolerantes con los demás, ellos asumirán la misma actitud y no agredirán a nadie.
5. No grites, ni en casa ni en ningún lugar, eso fomenta la paz y la tranquilidad, el respeto por los otros y por ellos mismos.
6. Practica rutinas con horarios fijos para la hora de comer y dormir, para que los niños y los adultos puedan descansar. No es viable que en un hogar donde mamá y papá están cansados y agotados por las razones que sean, tengan que ser las diez de la noche y los niños anden por allí revoloteando por todas partes generando conflictos o simplemente viendo televisión.
7. No permitas que consuman dulces dos horas antes de acostarse, esto hace que se aceleren y se pongan a la vez nerviosos y no puedan calmarse ni conciliar el sueño.
8. Sea cual sea la edad límite de tus hijos, su hora de televisión, sobre todo la nocturna, hacen que ellos se dispersen y no tengan una rutina adecuada de sueño.
9. Dedícales tiempo de calidad, lo que les guste hacer a ellos y a ti. Esto te lo agradecerán toda la vida.
10. Escúchalos con atención siempre que te hablen, esto hará que ellos te respeten y se sentirán cómodos e igualmente respetados, así que cuando tu necesites que te escuchen, lo harán con respeto porque ya tú se lo has enseñado con el ejemplo.
Recuerda: la violencia es una cadena: si el papá llega cansado y enojado a su casa, agrede o insulta a su esposa; la mujer en muchos casos se desquita con los hijos, estos con los hermanos y tristemente en cuanto lleguen a la escuela serán agresivos o violentos con sus compañeros: “violencia genera más violencia”.
Si tus hijos viven en un ambiente de cariño y respeto, seguramente cuando formen su propia familia, buscarán lo mismo. Si por el contrario, han vivido agresividad, insultos, devaluaciones, faltas de respeto, entre otras, muy probablemente repetirán estas conductas con sus cónyuges e hijos futuros.
Te invito a que sigas estos diez prácticos y sencillos consejos a que a través de su implementación y seguimiento en tu hogar te ayudarán a crear un clima favorable que te permita evitar la violencia intrafamiliar, tan dañina para nuestra sociedad.
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Desaparecidos y consecuencias del combate a la delincuencia organizada
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