Fertilización asistida
Se estima que en nuestro país existen más de un millón y medio de parejas que padecen infertilidad, que equivale a un 4.4% de la población fértil.
Vemos a nuestro alrededor espectaculares, anuncios en radio, televisión o revistas sobre médicos, clínicas u hospitales que ofrecen dar solución a estas parejas.
Es importante señalar que para que una pareja sea diagnosticada de infértil, deberá haber pasado un año, durante el cual han tenido relaciones sexuales frecuentes y sin protección alguna, ya que sucede que muchas parejas a los tres o cuatro meses que no pueden concebir un bebé, buscan de inmediato un tratamiento.
¿Qué tanta información veraz reciben estas parejas? O bien, ¿Qué tanto se informa la pareja antes de someterse a algún tipo de tratamiento?
Recordemos que las técnicas de reproducción humana asistida (RHA) permiten la procreación por vías artificiales ya sea dentro o fuera del cuerpo de la mujer, por otra vía diversa a la relación sexual.
A su vez, ésta técnicas se denominan “homólogas” cuando los gametos son de del hombre y la unidos en matrimonio o viviendo juntos; y “heterólogas” cuando alguno o ambos de los gametos son de uno o dos donadores distintos a la pareja unida en matrimonio o que viven juntos.
Una de las primeras cuestiones que se presentan ante la pareja, es el costo de este tipo de prácticas, el Instituto de Esterilidad y Salud Reproductiva informó que entre el procedimiento y los medicamentos requeridos se alcanzan por los menos los $70,000 en un solo intento, elevándose alrededor de los $150,000 cuando se realizan más intentos.
Las tasas de éxito son muy bajas. Se calcula un porcentaje del 25% de niños nacidos vivos por ciclo, hasta la edad de 34 años donde el porcentaje empieza a declinar. Esto representa una tasa de fracaso del 75%, significando un costo económico y psicológico muy alto para las personas que se someten a ellas (OMS, 2002) En éstas técnicas existe una pérdida de embriones, que se calcula entre un 93-94%.
Por supuesto, deben considerar los riesgos y complicaciones que existen tanto para los padres como para los hijos por nacer, algunos de ellos son:
[ulist style=”2″] Síndrome de hiperestimulación ovárica
Aspiración de óvulos
Riesgos a nivel pediátrico: alteraciones genéticas, malformaciones congénitas, riesgos fetales y perinatales
Partos múltiples
Aspectos psicológicos en los padres como angustia, sufrimiento, sentimientos de culpa y decepciones.
[/ulist] Un estudio muy interesante realizado por primera vez en los Estados Unidos en adultos que fueron concebidos por donación de esperma, muestra aún después de muchos años reacciones negativas como el no saber de dónde vengo, el que existió dinero de por medio para mi concepción, el miedo de relacionarse con alguien que pueda ser pariente ó la curiosidad de conocer al padre donador. (My Daddy´s name is donor: a new study of Young adults conceived through sperm donation. New York, NY)
¿Por qué es necesario legislar sobre materia de reproducción asistida?
Actualmente en nuestro país no existe ningún tipo de regulación de estas prácticas, esto quiere decir que cada quien usa los criterios que cree convenientes sin ningún control ni registro.
En los últimos años se han presentado varias iniciativas con el fin de regular las prácticas en RHA. Sin embargo, la mayoría de ellas desgraciadamente abren la puerta al abuso, al tráfico, mercadeo, producción, investigación y congelación de embriones y tráfico de embriones. Urge establecer una legislación adecuada que regule estas prácticas para tener un mayor control y vigilancia sobre los procedimientos, los lugares en los que se realizan, así como sus resultados.
Viene la pregunta obligada ¿Qué alternativas tiene una pareja que desea tener un hijo y no puede?
La manera más adecuada para ofrecer la mejor solución para la infertilidad es buscar la causa médica que está impidiendo el proceso normal para lograr la fecundación, ya que las TRHA no curan la infertilidad, ni tampoco sus causas.
En el caso de la mujer es importante conocer su historial de los ciclos menstruales, estudios de sangre, rayos x; puede ser que con la administración de un suplemento alimenticio, la de un fármaco o la realización de una cirugía se podría facilitar el proceso normal de fecundación. En el caso del hombre puede bastar con que mejore la formación de espermatozoides solo con suplementos administrados durante el tiempo de maduración espermática.
En ambos casos, lo más importante es encontrar las causas y dar un tratamiento que facilite la concepción no solo por el tiempo en que se estudie a la pareja sino para los años venideros.
Antes de recurrir o recomendar estas técnicas, tenemos la obligación de informarnos.
Y tú, ¿qué opinas?
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hijos… ¿Cuándo?
“Tu abuelita se casó a los dieciséis años, no había cumplido los diecisiete y ya era mamá”, me cuenta mi padre. Mi madre a los 23 años ya tenía dos hijos y ¿yo?… tengo 28 y ¡ni novio tengo!
En los últimos años, el papel de la mujer ha cambiado significativamente. A mediados del siglo pasado la mujer contraía matrimonio antes de alcanzar la mayoría de edad, no estudiaba una carrera y casi no trabajaba. En los años sesenta, el promedio de hijos por mujer era de siete.
Actualmente, la mujer mexicana se casa en promedio a los 25.3 años (1), incrementando así la edad para tener a su primer hijo; estudiamos, trabajamos y nos desenvolvemos en los campos político, económico y social. El promedio de hijos por mujer, hoy en día, es de 2.1 (2).
Sin duda alguna, contamos con muchas más oportunidades de las que tuvieron nuestras abuelas o mamás pero también tenemos el gran riesgo de caer en un desequilibrio de vida que nos lleve a olvidarnos de nuestro papel insustituible como madres.
Quiero tener hijos, ¿cuántos? ¿cuándo? … pero también quiero realizarme profesionalmente ¿cómo le hago?
Un estudio del Departamento de Sociología en la London School of Economics, demuestra que en la actualidad el 20% de las mujeres se inclina por desarrollar una carrera profesional; otro 20% prefiere dedicarse por completo al cuidado de sus hijos, y el 60% restante deseamos compatibilizar la atención a la familia con un empleo remunerado.
Sin embargo, una gran realidad es que “los mejores años como mujeres en el trabajo coinciden con los mejores años para ser madres”.
Expertos han encontrado que la fertilidad de la mujer empieza a declinar a los 27 años y que la década ideal para tener a nuestro primer hijo es de los 25 a los 35 años.
¿Que está sucediendo?
Que la maternidad ha sido pospuesta. Cada día vemos a más mujeres que no pueden embarazarse, que recurren a técnicas de reproducción humana asistida para concebir y otras que llegan a sus cuarenta años sin haber sido madres.
De igual modo, la dinámica social es distinta. Por ejemplo, en la sociedad americana encontramos las autodenominadas “parejas DINK: double income, no kids (doble ingreso, sin hijos)”; y por el otro lado, tenemos a mujeres CEO de empresas multinacionales que han declarado después de tener éxito económico y profesional: “me ha faltado la dicha de ser madre, y ahora, ya es demasiado tarde”.
Como mujer, considero muy importante el planear estos años y valorar nuestro papel como madres y como ejecutivas. Básicamente, reflexionar en cómo te gustaría verte dentro de diez o quince años y responder a qué quieres hacer de tu vida.
Esto es relevante ya que al coincidir ese tiempo como madre y profesionista, será necesario optar por alguno de ellos, si no totalmente, por lo menos de forma parcial.
En lo personal, la satisfacción que he vivido con mis hijos ha sido mucho mayor que mis logros o éxitos profesionales.
Nos dice Janne Haaland Matlary, catedrática de la Universidad de Oslo, en su libro “El tiempo de las mujeres, notas para un nuevo feminismo”: “Hay que encontrar la manera de compaginarlo todo, pero en caso de conflictos, tendremos que recordar que la prioridad básica son nuestros hijos pequeños. Tengo que saber con certeza cuándo me estoy desviando de mis prioridades y cuándo las estoy siguiendo; ya que si no tenemos establecidas nuestras prioridades siempre nos sentiremos inseguras”.
Y continúa: “la capacidad y la disponibilidad de las mujeres para la participación en los ámbitos del trabajo profesional y de la política están en relación directa con la satisfacción de sus necesidades en el ámbito familiar”.
En la vida hay tiempo para todo, podemos trabajar muchos años pero tener hijos y verlos crecer es algo que dura muy poco.
Los hijos son el mayor regalo que recibimos las mujeres, no lo rechacemos.
Y tu, ¿Qué opinas?
(1) Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 2007.
(2) Consejo Nacional de Población (CONAPO), 2008 .
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¿Infertilidad? que hacer
Hace años escuchaba decir a mi mamá con naturalidad “a tu tía Sofía, Dios no le concedió tener hijos” o “mi primo y su mujer nunca tuvieron hijos”. Sin embargo, esto hoy no lo aceptamos en tanto existen formas para tener hijos, doctores especializados y modernas clínicas.
Antes de continuar distingamos dos conceptos: cuando una pareja padece “esterilidad” significa que no hay concepción; si se le diagnostica “infertilidad” hay concepción pero no llega a término el embarazo.
Sobre esta última, se dice que algunos de los factores que la provocan son la alimentación, el estrés, los métodos anticonceptivos, la edad de la mujer entre otras. Lo que es un hecho es que existen cada vez más parejas que la padecen y muchas de ellas buscan a toda costa procrear un hijo.
Aunado a ello, el progreso de las ciencias biológicas y médicas hace que el hombre tenga la posibilidad de intervenir en los mecanismos de procreación, no solo para facilitarlos, sino incluso para dominarlos.
LAS TÉCNICAS
La “reproducción humana asistida” puede llevarse a cabo mediante dos procedimientos:
[olist style=”1″] Fecundación in vitro (FIVET): es la fecundación del óvulo en una probeta, es decir fuera del cuerpo de la mujer. Para ello, se recogen varios óvulos, se fertilizan y después se cultivan en vitro durante algunos días. Habitualmente no se transfieren todos a las vías genitales de la mujer y algunos embriones denominados “embriones sobrantes” se destruyen o se congelan.Inseminación artificial (IA): se hace mediante la transferencia a las vías genitales de la mujer del esperma previamente recogido.
[/olist]a)
Ambas técnicas pueden ser:
[ulist style=”2″] Homólogas: cuando los gametos son de los esposos unidos en matrimonio o viviendo juntos.Heterólogas: cuando alguno o ambos gametos son de uno o dos donadores distintos a los de los esposos unidos en matrimonio o que viven juntos.
[/ulist]-
PARA CONSIDERAR
A pesar de los avances, estas técnicas traen consigo controversias éticas muy importantes que debemos de conocer y reflexionar antes de tomar una decisión, dar un consejo u opinar sobre ellas.
[ulist style=”2″] La ciencia ha demostrado que la vida humana inicia desde el momento en que el óvulo es fecundado por el espermatozoide. Por lo tanto, todo embrión es una “persona”, si lo destruimos, destruimos a un ser humano.Embriones sobrantes. El porcentaje de éxito en la fecundación artificial es entre un 14% y un 20%, (Manual de Bioética, Elio Sgreccia) dependiendo la edad de la mujer; en las técnicas del FIVET para que nazca un niño se sacrifican entre 9 y 10 embriones. Hay embriones que mueren, se congelan o bien se utilizan para investigación o experimentación.
Genética personal. Mis genes son mitad de mi padre y mitad de mi madre. Al existir uno o dos donadores, ¿dónde queda la identidad de ese nuevo ser? No por nada Louise Brown, de 25 años, y primera niña nacida bajo técnicas de reproducción humana artificial ha llegado a decir: “nacida por inseminación artificial nunca conoceré la mitad de mi identidad”.
Posturas egoístas. Esta realidad se presenta en diversas situaciones:
Bancos de semen de premios Nobeles, modelos, deportistas etc. pero ¿quién te asegura que tu hijo (a) nacerá con la inteligencia del premio Nobel, o con el cuerpo del deportista o la modelo?
Madres o padres solteros: artistas, cantantes, mujeres en edad adulta deciden que quieren ser padres o madres cuando quizá la atención al bebé no será de ellos.
Madres de alquiler: hombres, mujeres, matrimonios o parejas que pagan una gran cantidad de dinero para que una mujer geste a su hijo, con el riesgo de mujeres que se pelean con los padres y abortan, o bien que se arrepienten y pelean quedarse con el hijo.
Relación de filiación: pueden llegar a presentarse hasta cuatro diferentes relaciones: ovulación, gestación, lactancia y crianza, es decir, puede haber cuatro mujeres presentes en la vida de un niño.
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Todo esto nos lleva a la gran reflexión y pregunta como mujer y como matrimonio ¿el hijo es para mí un DON o un DERECHO? ¿Quiero a toda costa satisfacer mi deseo de tener un hijo a pesar de lo que esto implica?
No olvidemos que la esterilidad o infertilidad física puede ser ocasión para otros importantes servicios a la vida de las personas. Se puede optar por la adopción, las labores educativas, la ayuda a otras familias, personas pobres o minusválidas u otros que pudiesen representar un respeto total a la vida humana.
O tú, ¿qué opinas?
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