La lectura en México. Acepto sin vacilación la acotación que se hace sobre los maestros “NO LES GUSTA LEER”. Lo he platicado con los directivos de la escuela de mi hijo y con algunos maestros. Soy médico y mi esposa es arquitecta, a ambos nos gusta la lectura y cuando he abordado este tema, no puedo dejar de reconocer que la lectura es un gusto, una actividad y un placer, y aunque se que un gusto no puede imponerse, si subrayo que los maestros tienen por su profesión que leer a la fuerza y aunque no les guste; la situación gráfica en mi profesión equivaldría a que me diera miedo la sangre (así se los digo). He leído de todo un poco tratando de explicarme porque siempre ha sido un problema la lectura (no solo en México sino en el mundo) y entre lo que concluyo, difiero en que el ejemplo puede hacer lectores. Probablemente y en un porcentaje no estudiado pudiera salir uno o varios lectores De quienes se encuentran rodeados de verdaderos lectores, pero de ninguna manera me parece que con algo tan simple se logre el objetivo. Me explico: mi esposa y yo somos lectores y a mi hijo de 13 años no le gusta leer. Cuando yo era niño, nadie leía en mi casa. Y mi abuelito compraba libros de los cuales sólo veía las ilustraciones o fotografías. Guardaba sus libros bajo llave y yo esperaba a que se durmiera para tomar sus llaves y leer. A temprana edad (antes de los 12 años) ya había yo leído dos tomos de la Segunda Guerra Mundial, el cuento original de Blanca Nieves, la novela de Robin Hood y varios libros de Julio Verne. De ahí en adelante para mi la lectura ha sido parte de mi vida y con mi hijo hasta los 7 años parecía que lo que ustedes mencionan funcionaba. Pero no, esto es más complejo que dar recetas de un sitio específico para leer, dar ejemplo de leer, tenerte libros en casa, visitar bibliotecas y librerías, etc. La situación que me ha tocado vivir con mi hijo y sus compañeros de grupo es que hasta determinada edad puede uno creer que existen trucos y métodos que funcionan. No hay mucho problema de lectura con niños menores de 8 años y cuentos como los de Francisco Hinojosa. El problema es que después de esa etapa debemos de reconocer que la lectura puede gustar o puede no gustar como cualquier otra actividad. Estoy de acuerdo en lo que escribe Daniel Penac en su libro titulado COMO UNA NOVELA. El verbo leer no acepta el imperativo. Quizás este punto tan simple sea la causa de todos los fracasos de la difusión de la lectura que tratan una y otra vez y de una y mil formas un gobierno tras otro, además de que también estoy muy de acuerdo en lo que dice José Saramago en su libro NUESTRO LIBRO DE CADA DÍA. En la difusión de la lectura, los programas son mas importantes que los resultados. Sintetizaría que deberíamos dejar de obsesionarnos y proponer que instituya en todas las escuelas y en todos los niveles una hora de lectura, no de español, no de teoría, DE LECTURA, una hora para leer en grupo, una hora en la que solamente se dedique a leer, lo que sea, lo que les interese, lo que los alumnos lleven o quieran compartir. Y otra propuesta seria la de implementar bibliotecas ambulantes que visitarán colonias y prestaran libros una vez por semana como lo escribe Alan Bennett en su libro UNA LECTORA POCO COMÚN. Una de las historias más atractivas que he leído acerca de la lectura es la que cuenta el científico Carl Sagan en EL MUNDO Y SUS DEMONIOS, específicamente en el capítulo EL CAMINO HACIA LA LIBERTAD. Personalmente no puedo dejar de reconocer todas las ventajas que representa para una persona, para una sociedad, para un país y para la humanidad, el leer de manera cotidiana, pero eso no me ciega al grado de no darme cuenta que es algo que puede gustar a unos y puede no gustar a otros.
La lectura en México. Acepto sin vacilación la acotación que se hace sobre los maestros “NO LES GUSTA LEER”. Lo he platicado con los directivos de la escuela de mi hijo y con algunos maestros. Soy médico y mi esposa es arquitecta, a ambos nos gusta la lectura y cuando he abordado este tema, no puedo dejar de reconocer que la lectura es un gusto, una actividad y un placer, y aunque se que un gusto no puede imponerse, si subrayo que los maestros tienen por su profesión que leer a la fuerza y aunque no les guste; la situación gráfica en mi profesión equivaldría a que me diera miedo la sangre (así se los digo). He leído de todo un poco tratando de explicarme porque siempre ha sido un problema la lectura (no solo en México sino en el mundo) y entre lo que concluyo, difiero en que el ejemplo puede hacer lectores. Probablemente y en un porcentaje no estudiado pudiera salir uno o varios lectores De quienes se encuentran rodeados de verdaderos lectores, pero de ninguna manera me parece que con algo tan simple se logre el objetivo. Me explico: mi esposa y yo somos lectores y a mi hijo de 13 años no le gusta leer. Cuando yo era niño, nadie leía en mi casa. Y mi abuelito compraba libros de los cuales sólo veía las ilustraciones o fotografías. Guardaba sus libros bajo llave y yo esperaba a que se durmiera para tomar sus llaves y leer. A temprana edad (antes de los 12 años) ya había yo leído dos tomos de la Segunda Guerra Mundial, el cuento original de Blanca Nieves, la novela de Robin Hood y varios libros de Julio Verne. De ahí en adelante para mi la lectura ha sido parte de mi vida y con mi hijo hasta los 7 años parecía que lo que ustedes mencionan funcionaba. Pero no, esto es más complejo que dar recetas de un sitio específico para leer, dar ejemplo de leer, tenerte libros en casa, visitar bibliotecas y librerías, etc. La situación que me ha tocado vivir con mi hijo y sus compañeros de grupo es que hasta determinada edad puede uno creer que existen trucos y métodos que funcionan. No hay mucho problema de lectura con niños menores de 8 años y cuentos como los de Francisco Hinojosa. El problema es que después de esa etapa debemos de reconocer que la lectura puede gustar o puede no gustar como cualquier otra actividad. Estoy de acuerdo en lo que escribe Daniel Penac en su libro titulado COMO UNA NOVELA. El verbo leer no acepta el imperativo. Quizás este punto tan simple sea la causa de todos los fracasos de la difusión de la lectura que tratan una y otra vez y de una y mil formas un gobierno tras otro, además de que también estoy muy de acuerdo en lo que dice José Saramago en su libro NUESTRO LIBRO DE CADA DÍA. En la difusión de la lectura, los programas son mas importantes que los resultados. Sintetizaría que deberíamos dejar de obsesionarnos y proponer que instituya en todas las escuelas y en todos los niveles una hora de lectura, no de español, no de teoría, DE LECTURA, una hora para leer en grupo, una hora en la que solamente se dedique a leer, lo que sea, lo que les interese, lo que los alumnos lleven o quieran compartir. Y otra propuesta seria la de implementar bibliotecas ambulantes que visitarán colonias y prestaran libros una vez por semana como lo escribe Alan Bennett en su libro UNA LECTORA POCO COMÚN. Una de las historias más atractivas que he leído acerca de la lectura es la que cuenta el científico Carl Sagan en EL MUNDO Y SUS DEMONIOS, específicamente en el capítulo EL CAMINO HACIA LA LIBERTAD. Personalmente no puedo dejar de reconocer todas las ventajas que representa para una persona, para una sociedad, para un país y para la humanidad, el leer de manera cotidiana, pero eso no me ciega al grado de no darme cuenta que es algo que puede gustar a unos y puede no gustar a otros.
Hector!
Muchas gracias por tu reflexión, está muy interesante! Muchos saludos! Lucia